No es fácil pasar desapercibido con una cámara en las manos. Para muchas personas casi parece que fuese un delincuente en potencia, algún tipo de ladrón sin escrúpulos. Disimular, intentar no llamar la atención, ser discreto, comportarse con naturalidad,… y no sé cuantos consejos más que seguramente todos hemos leído y oído en alguna ocasión. Es evidente que para salir ahí fuera, callejear y fotografiar en la ciudad, tengo que olvidarme de las miradas, las reacciones de reproche, incluso de los malos modos de algún que otro. No sin cierta razón, ¡ojo!, entiendo la desconfianza. Aún así, creo que esas situaciones suelen brindar alguna instantánea peculiar, y sus posibilidades se me antojan interesantes testimonios de los tiempos que vivimos.
Bueno, alguna que otra vez me han dicho que las borrara...
ResponderEliminarPor el ángulo del ojo, parece que no te miraba a ti.
Aferradetes.
A mi también "Sa Lluna", cosa que hago, sin problemas. Abrazo
EliminarMuy buena toma!
ResponderEliminarQuien no se ha encontrado con alguna mirada de rechazo por mucha discreción que se utilice en las fotos de calle?
Un fuerte abrazo Ángel
Pues de eso debes saber un rato Josep ;-)
EliminarHoy por hoy es tal la desconfianza y la duda que parece crearse en quien se ve fotografiado que es fácil sentirse cohibido cuando uno sale a la calle con una cámara en las manos. Son tantas las prohibiciones sobre las que hay que tener cautela y cuidado que se hace difícil llevar el dedo al disparador. Bueno, habrá que aprender el disimulo y practicar el disparo con la cámara a media altura y que sea lo que dios quiera.
ResponderEliminarMuchas veces ya disparo a ojo Luis, no queda otra ...Un abrazo
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