Me siento observado

Más de una vez he comentado en este blog mi obsesión con las fotografías robadas, con el arte de pasar desapercibido y fotografiar a alguien que no se percata de mi presencia. Tampoco vamos a profundizar en el tema, digamos que es una manía más, una rareza, en fin.
Pero cuando sucede lo contrario, es decir que el observado sea yo, la situación se me antoja ciertamente cómica. Me da la sensación de estar haciendo el ridículo y lo único que me hace mantener el tipo es esa pasión por fotografiarlo todo.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal de 36 mm. Diafragma f/4. Obturación 1/13s. ISO 100.

Cruzando

En esta ocasión el efecto es al revés, es decir parto del enfoque a 50 para retraer el zoom a 17. El efecto de fuga es más poderoso y la sensación de “caminar” se connota en la instantánea. Son experimentos que me gusta recordad de vez en cuando.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal de 50 a 17mm. Diafragma f/10. Obturación 1/50s. ISO 100.

Vacas en Madrid

Las encuentras por las calles del centro de la ciudad, pastando de la fría acera, sorteando prisas y esquivando el estrés. Dicen que son obras de arte, que servirán a un fin benéfico. Pero acaso estas vacas no son las de los excedentes de leche comunitaria?. Las de los acuerdos internacionales en beneficio del equilibrio económico mundial?. Las del 0,7 para ese Tercer Mundo que sobrepasó el colapso hace tiempo? ...
No, no, oiga estas vacas son obras de arte ... están por encima del bien y del mal. Y de la crisis, por supuesto, no saben nada.
Es mi Madrid, mi ciudad, a pesar de todo la quiero.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 17 a 50 mm. Diafragma f/10. Obturación 1/50s. ISO 100.

Retrato-Auto

Me gustan los reflejos y las imágenes reflejadas. Están llenas de misterio, son esquivas, brillan como cuchillos afilados, están en constante movimiento.
Me gusta robar reflejos ajenos, pensar en auto-retratos imposibles, perderme en los diferentes planos como si fueran mundos paralelos.
Me gustan las imágenes, en ellas veo mi reflejo.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 42 mm. Diafragma f/3,5. Obturación 1/50s. ISO 100.

Primavera en Madrid

Llegó la primavera y Madrid deja atrás lo días fríos, demasiados este año, y se viste de luz y color. Las flores y los primeros brotes en los árboles añaden destellos de luz y el cromatismo de los jardines contrasta vivamente con los fríos edificios, devolviéndoles la vida una primavera más. En la imagen maceteros floridos junto a la Casa de América en la Plaza de Cibeles.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 24 mm. Diafragma f/7,1. Obturación 1/100s. ISO 200.

La iglesia colonial

Otro día pondré una serie sobre las ciudades en Vietnam.
Hoy quiero cerrar esta pequeña visita a Sapa con la imagen de una iglesia católica, de estilo colonial, tal vez de las pocas que se puedan visitar por estos lugares. Y es que el emplazamiento es digno de admirar, ¿no?.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 27 mm. Diafragma f/9. Obturación 1/250s. ISO 200.

A cuestas

Pasamos al lado de otro grupo, suben el sendero en dirección a la ciudad de Sapa, nosotros ya la hemos dejado algunos kilómetros atrás. Me llama la atención los petates que cargan. Son manteles, chaquetas, tapetes, que tiñen con llamativos colores y luego confeccionan, para vender en el mercado de la ciudad. Entre los bultos, un niño. Nos miramos, aún recuerdo su mirada, no la olvidaré jamás.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 70 mm. Diafragma f/8. Obturación 1/100s. ISO 200.

Miradas

En las cortas paradas nos acercamos a la vida de las gentes de las aldeas o de aquellos que nos acompañan en el recorrido. Me gusta observar a los niños, no se quien se sorprende más, si ellos o yo al analizarnos mutuamente. Me gusta robarles expresiones cuando están distraídos, de otra manera intuyo que no serían tan naturales.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 70 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/100s. ISO 500.

Organizando el trabajo

El Trekking sendero abajo no tiene un momento de monotonía. Descendemos entre terrazas de arrozales, juncos y bambúes. El paisaje es sorprendente, todo un regalo para los sentidos, pero aún nos atraen más los quehaceres de las gentes que nos cruzamos en el camino, eso nos hace detenernos una y otra vez, por el simple placer de observar.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 70 mm. Diafragma f/9. Obturación 1/200s. ISO 200.

Lejos del mundanal ruido

Cuando estás lejos de los problemas todo te parece insignificante. Pequeñeces lo que antes pasaba por agobiante; minúsculo lo que antes era insuperable. ¿Acaso vivo engañado y ya no se distinguir lo que es realmente transcendente en la vida? ... viajar me ayuda a conectar con una realidad, la realidad que nos tienen vetada.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 34 mm. Diafragma f/8. Obturación 1/125s. ISO 200.

Tres dimensiones

Hay espacios, lugares o viajes que de manera precisa nos ofrecen una experiencia claramente tridimensional . Pero no me estoy refiriendo a esas dimensiones visuales o espaciales, sino las dimensiones de los sentidos, de la percepción, de aquello intangible, pero que es capaz de llenar por completo el espíritu humano, recargarlo de energía para soportar otros cuantos años aciagos.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 62 mm. Diafragma f/9. Obturación 1/160s. ISO 200.

Montañas verdes

En una linea más agradable, en esta ocasión, os invito a una caminata por un sendero de montaña que nos llevará a conocer algo más de los paisajes y costumbres de las gentes de Sapa. Salimos muy temprano para evitar en lo posible el calor sofocante del día, una mochila ligera para cargar agua y algo de comida, unas buenas botas y excelente compañía.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 44 mm. Diafragma f/10. Obturación 1/250s. ISO 200.

No todos los días se lo pueden permitir

No quiero pecar de extravagante ni morboso. La mejor forma que hay de tomarse la fotografía que ilustra el post de hoy es como algo natural, al menos así es para gran parte de los habitantes del Sudeste Asiático.
Los vietnamitas son un pueblo especial, para ellos, todo producto que se cultiva, se cría o se recolecta, es susceptible de servir de alimento, y siempre están dispuestos a probar algo nuevo (evidentemente no os voy a ilustrar con más ejemplos).
Crían perros para tal fin, y creedme, es un producto de alto precio, no siempre asequible. El lugar, es un puesto de carne, nada más.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 70 mm. Diafragma f/5,6. Obturación 1/100s. ISO 200.

Elixir de la vida

Diente de dragón, piel de serpiente, hierbas aromáticas, esqueleto de escorpión, piel de rata, Jengibre, hongos y setas alucinógenas .... y de aquellos nombres, que ni en mis mejores sueños, podría recordar. Muchas de esas plantas y raíces provienen de la milenaria medicina china. El resultado, entre otros muchos, son los tónicos energéticos, vigorizantes y vitalizantes de alma y cuerpo.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 29 mm. Diafragma f/7,1. Obturación 1/100s. ISO 400.

Patas de pollo

El mercado central en Sapa, es uno de los mercados de Vietnam más peculiares que el viajero puede encontrar. Peculiar los puestos, casi destartalados, peculiares sus gentes, donde se mezclan multitud de etnias, fundamentalmente de las montañas próximas, y peculiar por las viandas que allí se pueden encontrar. Huevos de pato con feto, serpiente, perro (otro día subo una foto, palabra!), y multitud de pollos, incluso negros...

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 25 mm. Diafragma f/3,8. Obturación 1/80s. ISO 640.

Mercado en Sapa

Sapa es un lugar a los que deseas volver nada más alejarte de sus gentes, montañas y bosques. Y algo de culpa tienen sus mercados y tenderetes. Las diferentes etnias del sureste asiático tienen mucho de mercaderes, a su historia me remito, pero si tienes la ocasión de visitar la zona, entonces comprendes el por qué.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 18 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/160s. ISO 200.

Pensamientos robados

Me quedo para siempre con un momento de sus pensamientos. Tal vez el frío le hiciera pensar en una buena taza de té caliente, ¿quién sabe?.

Nikon D70s. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 200 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/250s. ISO 250.

Despachando

Un desenfoque selectivo y cierto movimiento en la toma para enfatizar la hora punta del mercado. Un sábado a eso de las 12 del mediodía. El lugar es el mercado de Borough, la llamada “despensa de Londres”, que remonta su existencia al siglo XIII. Y luego dicen que los ingleses no saben comer.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 50 mm. Diafragma f/2,8. Obturación 1/80s. ISO 320.

Sin pronunciar una palabra

Entre tanto barullo de puestos, me paro y observo. Sin mediar palabra (ni pensamiento), tan sólo el gesto de acercarme la cámara al rostro. Entonces, intentado ser discreto, disparo. Prefiero no llamar la atención. Me gusta mirar sin ser visto y es así como quiero reflejarlo en mis fotografías. Tan sólo un momento en la vida, sin más protagonismo, sin mas artificios.

Nikon D70s. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 200 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/250s. ISO 250.

El último trago

Aunque sea de jugo o néctar de manzana (no se muy bien como denominan los ingleses a este brebaje).
La verdad es que para un buen bocata a media mañana yo prefiero un vinito o una cerveza, pero hay quien se deleita con estas bebidas. Sobre gustos no hay nada escrito, oiga.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 31 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/80s. ISO 320.

Ñan, ñan!!!

Londres es una ciudad perfecta para deambular por sus mercados. Los hay de todo tipo y algunos cargados de siglos de historia. En medio del ajetreo y del bullicio, merece la pena parar por un momento y disfrutar de algún sabroso tentempié, ummmh!!!!... toda una delicia.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 26 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/100s. ISO 320.

Curioseando en el mercado

Cuando alguien me pregunta qué visitar de una ciudad donde ya he estado, siempre le contesto lo mismo, sus mercados.
Al menos son uno de los lugares en los que merece la pena detenerse un tiempo y pasear, sin ningún objetivo concreto, tan sólo por el placer de observar.
Mirar y relacionarse con el ambiente, sus gentes, su vida... y curiosear en los puestos, eso es una gozada. Os aseguro que es una de las mejores maneras de asimilar el lugar que se visita.
Tan sólo es necesario una dosis de paciencia, de humildad y de ganas de conocer, con la mente abierta, sin prejuicios.
Si además dedicas un tiempo al placer de la fotografía, la recompensa es segura.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 17 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/100s. ISO 200.

En el interior

Hay estructuras y edificios que piden ser visitados, ser observados de cerca, admirar sus formas, sus líneas arquitectónicas. Invitan a perderse imaginando la continuidad de unas líneas imposibles, adentrándose en su interior, en lo más profundo de su estructura y descubrir su corazón, descubrir que dentro hay vida.
Nada más lejos de mi intención que hacer publicidad de este banco, pero el edificio me sobrecoge.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 12 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/20s. ISO 160.

En la tranquilidad de la ciudad

Madrid es una urbe con prisas, intranquila, de hora punta constante, de tráfico denso permanente, ... una ciudad con taquicardia, con la tensión alta, una ciudad demasiado grande, demasiado dura.
Pero un día festivo de mañana, la ciudad muestra un rostro completamente distinto. Es entonces cuando se puede pasear y fotografiar con toda tranquilidad. Es cuando mejor se puede disfrutar de sus calles y plazas. Son esos momentos en los que Madrid se vuelve amable.
Caixa Forum y Jardín vertical.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 12 mm. Diafragma f/7,1. Obturación 1/125s. ISO 100.

De Madrid al cielo

O al menos eso es lo que dicen cuando nos quieren vender lo pos-moderno que es Madrid.
Pero por encima de todos sus defectos, que son muchos, Madrid tiene una luz especial, una luz que se deja ver entre sus edificios, en sus sombras alargadas de invierno, en sus puestas de sol de otoño, en su alegre colorido en primavera y en la radiación, de luz pura, de verano. Madrid es luz, es cielo abierto, Madrid me mata, ... pero la quiero.

Nikon D70s. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 50 mm. Diafragma f/8. Obturación 1/320s. ISO 200.

Vestida de novia

Otra fotografía con exposición múltiple. Esta vez se trata de una toma algo antigua. La cámara montada en trípode. Una vez medida la luz divido para tres exposiciones superpuestas, todas ellas a una velocidad muy reducida (no recuerdo los datos), entre las exposiciones, la modelos se mueve ligeramente de posición, y en la última toma mueve todo el vestido muy ligeramente.
Una vez que tengo copias en papel, digitalizo con escáner plano y en PH desaturo ligeramente y retoco un poco las curvas (lo mínimo imprescindible).
No es una gran toma, pero como experimento tiene su gracia.

Nikon FM2. Película kodak color de las sencillas. ISO 200. La modelo una buena amiga con mucha paciencia. El momento no tiene precio.

Escaleras mecánicas

No es más que un juego, una simple diversión. Una doble exposición como las que se hacían antes con una reflex analógica. Ahora en digital es más fácil, claro, ves el resultado al instante y repites si no ha quedado del todo bien. Tan sólo hace falta calcular la exposición adecuada, yo suelo dividir por dos la obturación, y funciona. Una estación de metro es un buen motivo para experimentar. Cuando logre encontrar alguna doble exposición en analógico, la subo, palabra.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 17 mm. Diafragma f/5,6. Dos disparos, con obturación de 1/30s, cada uno. ISO 100.

Casco viejo

No quiero abandonar Bilbao sin pasear por su casco viejo. Atravesar sus callejuelas, los soportales y observar a sus gentes. Luego unos zuritos y unos pintxos para reponer fuerzas. Es todo lo necesario para convertir una mañana en inolvidable. Me conformo con poco, para mi es suficiente.

Nikon D70s. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 18 mm. Diafragma f/4,5. Velocidad de obturación 1/50s. ISO 200.

Las curvas

Qué sinuosidad. Qué curvas tan atractivas. También lo bello puede ser funcional, o mejor, ... todo lo funcional debería de tener ese toque, esa gracia estética, tan necesaria para hacer una ciudad más amable y no el simple asfalto y ladrillo impersonal. Seguro que serían lugares mejores para vivir.

Nikon D70s. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 15 mm. Diafragma f/10. Velocidad de obturación 1/250s. ISO 200.

Al otro lado de la ría

Al otro lado de la ría, Bilbao nos ofrece otro rostro, muy diferente, lejos de la modernidad. Una cara más real, menos divina, y no por ello menos fotogénica.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 24 mm. Diafragma f/6,3. Velocidad de obturación 1/100s. ISO 200.

La custodia

Y abajo, a ras de suelo, la araña es la encargada de custodiar la mole. Nada especial, tan solo metal retorcido, pero impone pasar por debajo.

Nikon D70s. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 14 mm. Diafragma f/10. Velocidad de obturación 1/250s. ISO 200.

Perspectiva

Una toma amplia, buscando las fugas, y aprovechando las curvas, que este edificio cuenta con unas cuantas. Las personas parecen insignificantes ante tal monstruo.

Nikon D70s. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 15 mm. Diafragma f/7,1. Velocidad de obturación 1/200s. ISO 200.

Formas

Qué diablos tendrá ese edificio que me cautiva. Me refiero al Museo Guggenheim Bilbao. Si, ya se que hay muchos detractores, que se habló en su día de una “mole sobre la ría”, que puede resultar una patraña sin sentido y de costes desproporcionados, con unos contenidos más que discutibles, ... si todo eso lo sé, se lo que me dice la razón. Pero aún así disfruto con sus formas, con sus curvas, es realmente fotogénico el “jodio”, y cada vez que he visitado Bilbao no puedo dejar de pasear a su alrededor y hacer algunos disparos. Atracción fatal, diría yo.

Nikon D70s. Objetivo 18-70 mm f/3,5-4,5G. Distancia focal 70 mm. Diafragma f/8. Velocidad de obturación 1/320s. ISO 200.

Andén de cercanías (y IV)

Me marcho de la estación, al igual que lo hacen las sombras de los viajeros, perdiéndose entre los muros y el pavimento, entre la oscuridad de los túneles, sabiendo que fuera encontraré la luz, descubriré lo nuevo y dejaré atrás lo viejo. En busca del futuro, a buen seguro, más refrescante y limpio que este turbador y desproporcionadamente irracional presente.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 30 mm. Diafragma f/4,5. Velocidad de obturación 1/100s. Sensibilidad ISO 100.

Andén de cercanías (III)

La espera en la estación puede resultar eterna, el frío intenso, el sueño aparece otra vez y el tren no llega. ¿A donde irá toda esta gente?.

A veces me gustaría coger un tren, cualquiera, sin saber el destino final, tan sólo por el placer de observar por la ventanilla, el mundo girando, a toda prisa, y yo al margen, como si mirase desde otra dimensión ajena a toda esta demencial locura que es nuestro mundo.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 32 mm. Diafragma f/4. Velocidad de obturación 1/80s. Sensibilidad ISO 100.

Andén de cercanías (II)

Nueva imagen, segunda propuesta. Encuadre vertical y con figura al fondo, un tanto misteriosa la imagen, ¿no os parece?.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 50 mm. Diafragma f/4. Velocidad de obturación 1/100s. Sensibilidad ISO 100.

Andén de cercanías (I)

Hacía tiempo que quería fotografiar en la estación de cercanías de
Atocha en Madrid. En los días claros de invierno, la escena es
espectacular, casi una fantasía de luz y color. Los rojos anaranjados
son fuertes, saturados, con vida, cualquier objeto metálico o de
vidrio se llena de reflejos, las sombras son intensas y alargadas, ...
una gozada.

Por tema laboral, cada día llego al anden sobre las 8:50 h. y hace
unos días me propuse repetir la rutina, pero en esta ocasión armado
con mi cámara y con algo de tiempo, el justo para aprovechar el
instante que brinda el sol cuando se cuela por los andenes de la
estación.

El resultado lo iré mostrando estos días. Espero que os gusten las fotografías.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/2,8G. Distancia focal 12 mm. Diafragma f/6,3. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 100.

Los tejados de Madrid (II)

Dejo atrás la fría nieve, el trabajo a ras de suelo y la noche, para volver a encaramarme a las alturas y mostrar los techos y azoteas de Madrid. Segunda propuesta, esta vez con un horizonte casi infinito de edificios, que nos muestra una ciudad, en exceso, grande.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 17 mm. Diafragma f/6,3. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 100.

Cancha vacía

Las líneas que antes dividían claramente la escena ahora se encuentran parcialmente cubiertas por un manto blanco y frío. Las luces temblorosas se reflejan en el húmedo suelo, los brillos se multiplican y la oscuridad de la noche se suaviza. La textura de la nieve ofrece un buen contraste en la escena.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 20 mm. Diafragma f/3,5. Velocidad de obturación 1/30s. Sensibilidad ISO 400.

Pisadas

Son pisadas en dos direcciones, marcadas en la nieve, por gentes anónimas, entre las vallas de las canchas de fútbol y baloncesto. El lugar se encuentra vacío, casi diría que desolado. Es perfecto para una fotografía. Capturar el frío anochecer, la sensación de inquietante soledad, el agobio que produce el vallado. El blanco y negro seguro que resultará.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 22 mm. Diafragma f/3,5. Velocidad de obturación 1/25s. Sensibilidad ISO 400.

De pesca y nevando

No puede ser, ¿has visto? ... ese cormorán, si allí a tu izquierda. Acaba de atrapar un pez.
Debe de ser una carpa pequeña o algo similar. El caso es que le cuesta tragarlo, y anda a la pelea para hacerse con él y a la vez esquivar a los oportunistas que acuden a ver si cae algo.

Nieva abundantemente. En un parque de un barrio de Madrid. En el lago central, donde frecuentan sus aguas, entre otras especies, los cormoranes (he contado hasta doce ejemplares). Parece que estas aves, comienzan a ser un problema, en entornos donde antes no era habitual su presencia, como las ciudades, ríos y lagos pequeños. En cualquier caso resulta insólito, ¿no?.

Nikon D200. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 200 mm. Diafragma f/3,2. Velocidad de obturación 1/250s. Sensibilidad ISO 200.

Más luz

Comienza a atardecer y sigue nevando. El cielo continúa como hace un par de horas, pero la luz empieza ha palidecer. Las primeras farolas anuncian el inmediato alumbrado, de forma tenue, tímida, casi sin ganas o sin fuerzas suficientes para combatir la oscuridad que se avecina. Mi propósito es seguir fotografiando, todavía tengo que hacer una visita a los cormoranes, patos y gaviotas.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 12 mm. Diafragma f/5. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 200.

Bajo la nevada

Caminantes bajo una intensa nevada. Caminantes ajenos al frío intenso de media tarde. Caminantes con los cinco sentidos despiertos. Caminantes que dejan transcurrir el tiempo con el sencillo propósito de disfrutar de las sensaciones, de las sensaciones de caminar bajo la nevada.

El parque está tranquilo y solitario, el invierno se hace sentir con toda su crudeza, el momento es único. Disfrutarlo es cosa de dos.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 24 mm. Diafragma f/5. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 200.

Nieva sobre Madrid

No sé si todos los madrileños aguardábamos ansiosos este momento. Al menos yo sí. Hacía ya mucho que no nevaba en condiciones en la ciudad y ayer lo hizo durante todo el día.

Como es habitual, cuando sucede algo fuera de lo normal, Madrid se colapsó. Reconozco que para muchos fue una putada. Yo aproveché para hacer fotografías. Qué gozo para los sentidos.

Nikon D200. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 122 mm. Diafragma f/3,5. Velocidad de obturación 1/200s. Sensibilidad ISO 200.

Los tejados de Madrid (1)

Qué distintas son las ciudades cuando lo que observamos son sus tejados y azoteas. Esos edificios de las zonas céntricas, de los cascos históricos y barrios privilegiados, que vistos desde abajo se nos presentan majestuosos, grandiosos, nobles, bellos, .... cuando accedemos a ver sus tejados todo cambia. Será que también pretenden hacernos ver lo que nos es, guardar las apariencias, confundirnos ...
La fotografía es de la Gran Vía madrileña, vista en dirección hacia la plaza de Callao.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 38 mm. Diafragma f/7,1. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 100.

Por las ramas

Creo que es un petirrojo, oculto entre ramas y sombras de los arbustos, al lado de un precioso acebo.

Tan tranquilo, se dejaba fotografiar, siempre guardando la distancia. Me acercaba y el se alejaba cambiando de rama, sin irse del todo, sin emprender el vuelo, supongo que la curiosidad era más fuerte que cualquier otro instinto. Lástima de sombras que le protegían y le ocultaban. No fue fácil, pero la intensidad de los colores me hizo disparar una y otra vez. De las fotografías que hice, tal vez ésta sea la que se salva.

Nikon D200. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 200 mm. Diafragma f/7,1. Velocidad de obturación 1/160s. Sensibilidad ISO 125.

En el sótano

Al bajar los peldaños de la escalera, sentía el intenso frío de aquel lugar. La luz, irreal, no me ayudaba a entender que era aquello. Tuberías, llaves, una caldera apagada, ... la maquinaria no funcionaba desde hacía demasiado tiempo y allí no había nadie a quien preguntar. Las sombras inquietas, se deslizaban entre tuberías herrumbrosas, el abandono se habían apoderado de aquel lugar. Algo se movía al fondo, sin duda. Me obligué a reaccionar, acercarme el visor de la cámara, a enfocar y a disparar ... no hubo tiempo para más, algo en mi interior me decía que saliese de allí a toda prisa. Eso hice, sin respuestas, a toda prisa.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 16 mm. Diafragma f/4. Velocidad de obturación 1/2,5s. Sensibilidad ISO 320.

Con vistas a nuestro pasado

Una ventana de un edificio atrapado en el tiempo, anclado en un pasado que ya no interesa a esa gran mayoría, ávida devoradora de la modernidad más extravagante.
Qué equivocados están aquellos que desdeñan lo viejo, lo usado ... que equivocada está una sociedad que no cuida de lo viejo, que no da importancia a su pasado, a su historia con vida ...

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Distancia focal 12 mm. Diafragma f/6,3. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 320.

El sol escapaba por la esquina de la calle

Dejé la taza de café sobre la mesa. De un respingo agarré la cámara, y sin mediar palabra salí corriendo del local. Crucé la calle sin mirar, sin apartar la vista de aquel a quién perseguía. No esquivé ningún vehículo, ellos lo hicieron por mí. Llegué hasta el final de la manzana, era una calle estrecha, allí estaba deslizándose por la esquina, al final del último edificio. Fue instintivo, tan sólo percibí el sonido rítmico, maravillosa música, del obturador de mi cámara. ¡Lo había conseguido!, justo frente a una fachada de lo que parecía un edificio abandonado. El esfuerzo había merecido la pena.

Tendría que dar una explicación a los que dejé en el café.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 26 mm. Diafragma f/4,5. Velocidad de obturación 1/80s. Sensibilidad ISO 100.

Escarcha a la sombra

La verdad es que despedir y especialmente, recibir el nuevo año, me ha dejado exhausto. Demasiadas celebraciones para lo que un cuerpo poco acostumbrado como el mío, puede aguantar. Hoy sólo me quedan ganas de descansar, de relajar los sentidos y vaciar los viejos pensamientos, para que los nuevos, cosquilleen en mis neuronas como si de una brisa matinal se tratase.

La escarcha agazapada en las sombras que proyecta este banco, me ha parecido una propuesta adecuada para evocar el descanso, la tranquilidad y el sosiego, que al menos yo, demando estos días.

Se duerme, por favor pasen sin hacer ruido. Gracias.