Hay temas que trato en la fotografía porque aportan sensaciones de paz y armonía a mi maltrecho grupo de neuronas. Algo así como estar bien conmigo mismo. Los interiores en bares, cafeterías y restaurantes son un tema en sí mismo que además me provoca la placentera sensación de felicidad fotográfica, por llamarlo de alguna manera, una especie de equilibrio entre el fotógrafo, el medio y el tema. La escasa iluminación, las personas despreocupadas, relajadas, el ambiente… es un todo que me facilita centrarme en aquello que más me llama la atención y fotografiarlo.