La curiosidad puede ser tan poderosa que algunas veces pierdo la compostura, me dejo llevar y quedo casi absorto contemplando ese micro-mundo que se forma en el interior de un café. Desde la ventana, sin entrar, sin formar parte, como observador. Como fotógrafo.
20 mm. f/4. 1/13 seg. ISO 400
Lugar de la toma: Budapest. Agosto 2011.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
Pues muy bien, aunque de lugares como este bien merece formar parte.
ResponderEliminarSaludos.
Pienso que cuando llevamos una máquina fotográfica en la mano, miramos diferente por donde pasamos...Vamos observándolo todo buscando esa mirada que nos gusta captar y casi siempre encontramos muchas y aquí viene nuestra fuente de satisfacciones que después nos gusta compartir y hacer que llegue un poquito de esa buena sensación a quien las contempla.
ResponderEliminarNo me extraña tu curiosidad ante todo lo que se ve desde esta ventana!!...Muy bien vista.
Un abrazo.
Quien no ha superado en alguna ocasión esos supuestos limites amigo, la curiosidad en ocasiones es mayor que el sentido común, pero es lo que hay.
ResponderEliminarUn abrazo.
jejejeje, que bonito te quedó así dicho, a mi me pasa algunas veces y me llaman cotilla...pero yo desde luego no me siento para nada así sino que me quedo con tu descripción...¡mucho mejor así! sin entrar, sin formar parte, como observadora...¡me gustó! jejejeje, ya verás lo que voy a contestar a algunos...la foto una preciosidad, me encanta, buen ojo fotógrafo.
ResponderEliminarAbrazotedecisivo
Podia jurar que é um museu e não um café. Delicioso!
ResponderEliminarPues dan ganas de entrar a tomar un café o lo que se tercie, pero entiendo esa sensación de observar sin ser observado y más desde ese escaparate.
ResponderEliminarUn abrazo.
sabe bem, às vezes, espreitar a vida dos outros...
ResponderEliminarUn buen amigo mío me dijo una vez que el creía que los mayores voyeur del mundo eran quienes tenían una cámara en la mano ( sin el sentido peyorativo de la palabra ) Siempre estábamos observando todo aquello que nos rodeaba y siempre alertas.
ResponderEliminarPero al final entrarías, no ? Un sitio de esos es para verlo en todo su esplendor.
Un abrazo.
Describes bien la sensacion, no solo con la fotografía. Y es que van de la mano lo uno de lo otro. Todos hemos sentido esa sensacion ante un local acogedor, con solera, buen ambiente, y todo aquello que, normalmente ante un clima hostil, llama a encontrar un rato de descanso y abandono. Esos viejos cafés, tan alejados del modernismo standarizado de los de ahora, tienen ese encanto.
ResponderEliminarMe gustan la foto y el lugar..., gracias por el viajecillo.
Abrazo,
Comprendo muy bien esa sensación. Pero con ese ventanal, con ese interior y esas luces, como para no quedar absorto! Muy buena fotografía, Ángel!
ResponderEliminarUn abrazo
Parece de otro siglo, desde luego estos cafés tienen su estilo, en el sentido que parecen de otra época casi con gentes diferentes. Un saludo.
ResponderEliminarQué maravilloso lugar!!! hasta me veo dentro tomando...lo que sea.
ResponderEliminarMe encanta esta fotografía y la atmósfera que has conseguido.
Un beso
El lugar merece una parada para el fotógrafo!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Una imagen preciosa, con la que has captado un ambiente muy especial.
ResponderEliminarFelicidades por ella, amigo
belleza de foto muy bien lograda que realza la grandiosidad del café
ResponderEliminara vida dos outros...
ResponderEliminar(todo fotógrafo es un mirón)
¡Qué preciosidad!
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