Si paso por esta calle siempre hago una fotografía. Me atrae el contraste, el claro oscuro que se produce especialmente al atardecer y sobre todo en invierno, también en otoño, con su luz rasa y brillante tan propia de Madrid. Me atrapa la luz, la dicotomía que imagino en esos edificios, entre un clasicismo verdadero, ciertamente viejuno pero quizás no tan “guay”, y el otro artificial, sobrecargado de bótox, entre uno vivo y otro revivido para mayor gloria de cierto turismo dominante, de gustos prefabricados por estudios de mercadotecnia que hace que todas las ciudades se parezcan cada vez más entre sí. Cuando paso por esa calle siempre me paro a fotografiar los edificios y su luz, diferente.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarGrandes contrastes en las grandes ciudades.
Un fuerte abrazo Ángel
Me alegra que te guste Josep!
Eliminar·.
Tu reflexión ayuda a comprender la evolución de las ciudades, pasando del clasicismo al feísmo directamente, que son otras formas de luces y sombras.
Alguien como tú nos tiene que enseñar a ver las ciudades.
Un abrazo Ángel
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Me gusta pensar en que hay otra manera de ver la ciudad. Un abrazo Alfonso
EliminarCierto que hay lugares que sin saber muy bien porqué atraen y es inevitable el 'clic'
ResponderEliminarBuenas luces y buena muestra de la ciudad
Abrazos
Igual solo es por la de veces que psamos por ellos. Un abrazo
EliminarPrefiero el edificio sin Botox, el contenido autóctono de una calle que cuenta una historia. Que muchas ciudades terminen pareciéndose no me gusta nada.
ResponderEliminarSaludos.
Si, un desatino Antonio, saludos
EliminarBeautiful blog
ResponderEliminarGracias :-)
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