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Asomo la nariz por la ventana abierta y ya noto el descenso de la temperatura, al menos en lo que se refiere a primeras horas de la mañana, cuando apenas hay luz y la poca gente que deambula por la calle lo hace apresuradamente y bien enfundada en ropa de abrigo. El frío, el tiempo desapacible, lo imprevisible de estos días de finales de otoño y comienzo del invierno no me desagrada, bien abrigado es perfecto para hacer una buena caminata de mañana. Aún así suelo recordar la calidez de los días de verano, sus sombras duras y contrastes acentuados, los cielos intensos y los contraluces dispuestos así, solo para ser fotografiados.
Excelente contraluz y un bonito recuerdo para el invierno.
ResponderEliminarSeguro que por allí tenéis poca humedad, porque por aquí aunque te abrigues con todo lo que te puedas imaginar, el frío te entra hasta los huesos.🥶
Aferradetes, Ángel.
La humedad es bastante jodía, tanto en invierno como con demasiado calor. Paciencia. Un abrazo
EliminarMagnífica foto, con ese sol que ya se va y que alarga muuuuucho las sombras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Gracias Josep. Un abrazo
EliminarNo me gusta el frío excesivo, ni el excesivo calor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los extremos son fastidiosos, puestos a elegir me quedo con el frío. Un abrazo
EliminarPreciosa Ángel. Llena de nostalgia y con una mirada detenida para elegir ese encuadre que es una autentica pasada. Abrazo
ResponderEliminarMe alegra que te guste Luis. Un abrazo
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