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Elegir bien la hora (y la luz) en el momento de fotografiar puede transformar un lugar humilde y habitual en un entorno misterioso y sorprendente, prácticamente sin salir de nuestro barrio o ciudad. De esto sabéis mucho aquellos que os dedicáis plenamente a la Street, pero un simple bosque de pinos guarda buenos momentos para dejar la imaginación correr a su gusto. La fotografía que da pie a la entrada la hice en la Casa de Campo de Madrid. Otra cosa es el asunto del blanco y negro, pero eso lo dejo para otra ocasión que siempre es más complicado determinar el porqué de un revelado en color o en monocromo.
Efectivamente, saber elegir el día y la hora, el lugar en el que situarse, hace que una foto adquiera un protagonismo para quien la realiza y posteriormente para quien la mira. Me parece que el monocromo le viene en este caso como anillo al dedo. Abrazo
ResponderEliminarGracias Luis, un abrazo
EliminarMe gusta como se ve la luz que entra por las ramas y las sombras alargadas que va dejando. Parece como un juego geométrico.
ResponderEliminarAferradetes, Ángel.
Geometría natura ;-) abrazo!
EliminarLos cambios de luz son impresionantes. Es como para estarse horas en el mismo lugar y sacar una imagen cada X tiempo.
ResponderEliminarEl resultado que nos presentas es extraordinário con las sombras atractivamente alargadas.
Un fuerte abrazo Ángel
Ese es un ejercicio muy interesante, también en la ciudad. Un abrazo Josep
EliminarA esta fotografía en concreto le va muy bien el blanco y negro, con esas franjas de luz y sombra, que se aprecia en el suelo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
La hace más surreal. Un abrazo
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