En realidad el agua no es azul, pero cuanta fantasía cromática despierta. Con toda probabilidad el verano sería otra cosa sin el agua azul. Las piscinas, el mar… incluso el agua de la ducha lo imagino saliendo azul, algo así como un pedazo de irrealidad que me invita a soñar con otros lugares y otras circunstancias. Luego está aquello del frescor, pero, ¿qué color tiene el frescor?.