Las cafeterías son lugares ideales para observar las costumbres y el ambiente de una ciudad. Dejarse seducir por el simple placer de fotografiar ese ambiente, la tranquilidad que normalmente se percibe en estos lugares, invita a la experimentación, trabajar los encuadres, los tiempos de exposición, los robados, ...
En este pequeño local cercano al Foro romano me fue del todo imposible sacar un plano decente con personas. Los clientes entraban y salían sin parar, el movimiento era constante, muy cercano, llenando el encuadre y malogrando la composición. Finalmente opté por una escena vacía.
Vacía de gente, pero llena de silencio.
Lugar de la toma: Roma. Marzo 2010
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Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. Focal 29 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/80s. ISO 160.