lunes, 7 de febrero de 2022

Un lugar recurrente

 


 

Si paso por esta calle siempre hago una fotografía. Me atrae el contraste, el claro oscuro que se produce especialmente al atardecer y sobre todo en invierno, también en otoño, con su luz rasa y brillante tan propia de Madrid. Me atrapa la luz, la dicotomía que imagino en esos edificios, entre un clasicismo verdadero, ciertamente viejuno pero quizás no tan “guay”, y el otro artificial, sobrecargado de bótox, entre uno vivo y otro revivido para mayor gloria de cierto turismo dominante, de gustos prefabricados por estudios de mercadotecnia que hace que todas las ciudades se parezcan cada vez más entre sí. Cuando paso por esa calle siempre me paro a fotografiar los edificios y su luz, diferente.