Reciprocidad - fotos que importan

jueves, 25 de mayo de 2023

Reciprocidad

 


 

Hace un par de días pasaba junto a una de las zonas de ejercicios que hay en el parque al lado de casa. Allí unos chavales ejercitaban mientras lucían físico y slips de marca (parece ser que es importante mostrarlos) preparándose para unos selfis que subirían de inmediato a las redes sociales y así mantenerlas bien alimentadas de novedades para sus seguros seguidores. Luego, cerca ya de la entrada del metro, me paré al lado de una escena que me resultaba interesante de fotografiar. Se me antojaba que tenía relación con lo anterior o al menos la fotografía que comencé a imaginar me animaba a creerlo así. Pienso en la fotografía como constructora de historias que la imaginación tan solo esboza y que la cámara completa según nuestras fobias y manías. Documentos sociales de una época. La fotografía siempre ha tenido esta maravillosa capacidad al estilo "Los Americanos" del gran Robert Frank, por ejemplo. ¡Inmenso libro!, un imprescindible que acaba de confirmarme mi amigo J. que por fin se ha agenciado. Seguro que lo disfrutará.



6 comentarios:

  1. Tengo ese libre recién re-editado. está a tu disposición cuando quieras. Abrazo enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias miles Luis, lo tengo ya hace algún tiempo, uno de esos libros que no pueden faltar en toda buena biblioteca fotográfica. Un abrazo

      Eliminar
  2. La fotografía abre la puerta a la imaginación. ¿Y por qué no imaginar que el chico de tu foto, está viendo en su teléfono los selfis que acaban de subir los chavales que estaban luciendo físico y slips de marca? Y a Robert Frank hay que disfrutarlo, claro que sí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje, esa era la intención, igual si, el mundo es un pañuelo (eso dicen). ;-)

      Eliminar
  3. Soledad. Eso veo en las palabras. Y en la foto. Y me apena, me apena ver a los adolescentes y jóvenes así...

    ResponderEliminar
  4. ¡Esas cervicales cómo sufren!
    ¿Podría imaginar un mundo sin móviles?... imaginar sí, claro.

    Aferradetes, Ángel.

    ResponderEliminar