Normalmente no me atrae especialmente lo que se conoce como pueblos con encanto. Casi siempre suelen estar excesivamente concurridos y es complicado fotografiar en ellos. Algunos de estos lugares parecen escenarios propios de cine, casi como decorados puestos ahí para deleite general y guardan muy poco de su carácter original. Piedras retocadas y edificios remodelados. Aunque lo cierto es que si me lo tomo con calma, no me precipito y paseo buscando rincones, siempre encuentro algo que merece la pena ser fotografiado. La paciencia en fotografía es de un valor considerable y la debería poner más en práctica. La instantánea está tomada en Elizondo, Valle de Baztán, Navarra.
La paciencia... esa gran olvidada y que tan buenos resultados da, no solo en fotografía. Hermosa instantánea.
ResponderEliminarEl problema principal de los tiempos que corren: las prisas, las urgencias ...
EliminarComparto absolutamente tu reflexión.
ResponderEliminarEl Baztan es uno de esos rincones que atrapan, desde que lo descubri hace ya unos años, vuelvo con asiduidad a descansar y siempre a descubrir cosas nuevas.
Un fuerte abrazo Ángel
Un lugar con encanto Josep, no hay duda.
EliminarUn abrazo
La paciencia como elemento esencial a la hora de hacer una fotografía. Con lo analógico nos resultaba mucho más fácil. No se podían desperdiciar disparos.
ResponderEliminarAhora es otra cosa con esto de lo digital. Yo me pongo un tope en cada salida. Treinta y seis tomas, treinta y seis disparos, ni uno más. De este modo me obligo a retener el ansía de disparar y por lo tanto, esto me lleva a la practica de la paciencia y la mirada lenta antes de darle al dedito.
Es un gran método Luis, y el tiempo que se ahorra después en la selección y edición :-)
EliminarGracias Mari Carmen, Un abrazo!
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