Celebrar una fotografía que puede llegar a tomar el cariz de un clásico cuando lo fotografiado ha cambiado o desaparecido ya es un punto de satisfacción para cualquier fotógrafo. Pero en el caso de los grafitis (y de casi cualquier otro tema) lo extraordinario se diluye entre lo abundante en cualquier urbe del mundo. En realidad no hay nada por lo que lamentarse, la ciudad es una constante mutación y la fotografía tan solo documenta escasos instantes muchas veces sin trascendencia alguna. Y a pesar de ello, volver sobre aquel edificio tan especial en las estribaciones del barrio neoyorquino de Queens, siempre me arranca una sonrisa de complicidad.
Quizás, esté algo sobrecargado, aunque le da una gran vistosidad a la fotografía.
ResponderEliminarEsa zona de NY es toda ella un gran Graffiti
EliminarUna sensación de cambio, como cuando lo que se fotografía son las nubes.
ResponderEliminarMuy buena Ángel. La inclusión del coche le da un punto.
Un abrazo :)
Me alegra que te guste Gumer!
EliminarGran foto, en la mas pura tradicion fotografica norteamericana.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Allí es muy fácil fotografiar Josep. Un abrazo
EliminarEl coche y las gafas de su conductor, le dan un puntazo a esta magnífica foto.
ResponderEliminarAferradetes.
Si, jajaja, creo que si
EliminarEfectivamente, los graffiti tienen parte de su atracción en la posibilidad de ser arte que puede pasar a no ser en cualquier momento.
ResponderEliminarpodi-.
Arte efímero, como buen arte urbano
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