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Creo que la Gran Vía es la calle más hermosa de Madrid, y no tanto por la calle en sí, ni por su ambiente, cada vez más cargada de turismo y de locales de franquicias y comercios fotocopiados de cualquier otro lugar del mundo. No, más bien por sus edificios y especialmente por las azoteas de estos edificios. No hay edificio y azotea que no merezca una buena fotografía. En ocasiones me descubro medio perdido entre el gentío y el tráfico mirando al cielo, saboreando cada vez detalles arquitectónicos en los que no había reparado. Por eso no me sorprendo cuando veo tanta gente en esta calle que mira al cielo.
Son imponentes los edificios que hay en ella. Nadie se va de Madrid, sin pasar algún día por allí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, todo un referente. Un abrazo
EliminarMe gusta mucho la foto que parte de un punto muy bajo y la hace distinta.
ResponderEliminarLa gran ciudad nos ofrece grandes oportunidades fotográficas y tu le has sacado mucho jugo a la escena. El trabajo previo de ajustar la càmara no se ve a simple vista, pero yo lo valoro muchísimo!.
Un fuerte abrazo Ángel
Gracias Josep, me alegra que te guste. Un abrazo
EliminarLo que me extraña de tu foto es que, precisamente, sean jóvenes que miren al cielo. ;-)
ResponderEliminarMe encanta tu foto.
Aferradetes, Ángel.
Yo creo que cualquiera con un mínimo de sensibilidad lo aprecia. Un abrazo
EliminarMirar hacia arriba puede ser bueno en muchos sentidos. Los contrapicados en arquitectura suelen ser muy agradecidos, como es el caso de esta fotografía. Impacta su luminosidad y definición.
ResponderEliminarUn abrazo, Ángel.
Mil gracias. Un abrazo
EliminarHola Ángel, preciosa fotografía. Yo soy de las que miro mucho, mucho al cielo, casi nunca para fijarme en detalles arquitectónicos, sino para implorar justicia divina, ya que la terrestre...madre mía como está el panorama...y también para que impere la cordura y la lógica razonada...y por favor mucho, mucho sentido crítico, que se ha perdido por completo.
ResponderEliminarPues si, son tiempos oscuros los que nos han tocado en suerte. El cielo siempre es una vía de escape. Un abrazo
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