__
Confieso que me atraía el título para la entrada una vez que he seleccionado la fotografía que publicaría hoy. La ciudad ruge y se distorsiona, aúlla y crepita justo en esas primeras horas de la noche. Luego es posible que todo vuelva a una cierta calma, algo así como un sosiego una vez acomodada a las luces, brillos y sombras nocturnas. Es otra cara, diferente, según donde se mire incluso más tranquila que la que muestra en esas horas puntas diurnas. Pero hay algo en la ciudad nocturna que me provoca inquietud.