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Lo que tiene la fotografía de misterio lo tiene de indiscreción. Dos verdades, partes de un conjunto de características que convierten a la fotografía en el vehículo perfecto para revelar el tiempo por el que transcurren nuestras vidas. Es cierto que vivimos una época donde un exceso de imágenes combinado con la obsesión por la seguridad y el derecho a la intimidad individual, convierte a todos los que salimos por la calle con una cámara al cuello, o en la mano o donde cada cual guste llevarla, en personajes como poco sospechosos de intento de robo de esa intimidad. “Malos tiempos para la lírica” supongo y sin embargo ahí me tenéis, cayendo una y otra vez en la tentación de fotografiar ese lapso de tiempo que procura emociones.
Para los fotógrafos de calle es una mirada hacia esas emociones y suele estar siempre en esos instantes de intimidad.
ResponderEliminar¡Fíjate que hay detalles para analizar tu foto, pero lo primero que han visto mis ojos ha sido el beso!.
Aferradetes, Ángel.
El título ayuda ;-) ... jajaja. Un abrazo
EliminarCaminar tranquilo por los recovecos de una sala de arte o un museo y ser sorprendido por algo ajeno (?) al lugar siempre es sorprendente, e inevitablemente la curiosidad primero, la idea de interiorizar el momento y después la tentación de eternizar ese instante de sorpresa, hace que de inmediato, como un acto reflejo, encuadremos la escena y apretemos el disparador.
ResponderEliminarEse es el proceso, y el silencio, que cuando se produce la experiencia es casi mística. Un abrazo
EliminarEstán tan entusiasmados, que no ha adverido tu presencia.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Traicionero que es uno ;-) abrazo
EliminarTranquilo, en esa misma tentación caemos todos los que fotografiamos la calle y sus gentes. Eso si, yo me tengo "prohibido" fotografiar gente que pide limosna o tomar imagenes que puedan ridiculizar u ofender.
ResponderEliminarVolviendo a tu foto de hoy, me encanta, no solo por el escenário sino también por el oportunismo de que hiciste gala.
Un fuerte abrazo Ángel
Ni ridiculizar ni ofender, eso lo comparto, fotografiar con honestidad, gratitud y compasión. Un abrazo
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