Una fotografía, en ocasiones no es lo que parece. La forma en que vemos los detalles que nos rodean no tiene nada que ver con el resultado que obtenemos con la fotografía. Al menos para los demás. Cada uno tiene una forma de percibir la realidad diferente al resto.
Por eso, a menudo, lo que obtenemos en fotografía no es comprensible en toda su dimensión, por aquel que no ha presenciado la escena. Cuantas veces tenemos que añadir, ante un sufrido grupo de amigos al que mostramos animadamente las instantáneas de las últimas vacaciones, aquello de: "claro, en realidad tenías que estar allí para verlo ..."
Otra cosa es la abstracción de una realidad. El juego formal con algo supuestamente cotidiano, intentando hacerlo diferente al ojo del que contempla la toma. Aquí es donde, conscientemente, se intenta desvirtuar la realidad y ofrecer lo singular, lo chocante.
Conseguirlo, no sé si lo he conseguido, pero la fotografía que he elegido para la entrada de hoy, me gusta además por ese toque rústico, en contraposición con el frío acero. Si a todo esto le sumo lo espeso que estoy los lunes, es todo un mérito llegar a construir estas cuatro líneas, ¡palabra!.
Exposición. Diafragma f/9. Velocidad de obturación 1/500s. Modo de exposición manual. Medición puntual. Sensibilidad ISO 200.