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Siempre me ha resultado curioso cómo en algunos sitios les cuesta recoger toda la parafernalia propia de los pasados días navideños. Supongo que es una peculiar mezcla de nostalgia y pereza, total tampoco queda tanto para las próximas navidades.
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Siempre me ha resultado curioso cómo en algunos sitios les cuesta recoger toda la parafernalia propia de los pasados días navideños. Supongo que es una peculiar mezcla de nostalgia y pereza, total tampoco queda tanto para las próximas navidades.
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“Los días y los meses son los viajeros de la eternidad. Lo mismo sucede con los años que pasan… A mí me ha tentado durante largo tiempo el viento que mueve las nubes, llenándome de un intenso deseo de vagabundear…”
Bashō
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Si es que me pongo pesadito, lo reconozco, pero igual he comido demasiado estos días y la sal de frutas ya no ayuda. Pero veo un reflejo de la navidad en cualquier charco de la ciudad.
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Lo que son los convencionalismos sociales. Un color determinado y unas formas, aún siendo puras siluetas, propician una metáfora gráfica por asociación de ideas y conceptos, con un contexto, unas celebraciones o una fecha concreta en el calendario. Lo que hacen las costumbres, y muy especialmente el marketing que todo lo puede. Y yo que ya soy perro viejo, aprovecho esas premisas para fotografiar con cierta intencionalidad, aunque lo fotografiado seguramente nada tenga que ver con estos días de celebraciones varias. Ahí queda.
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Si me descuido se me pasa la Navidad. Por mi parte queda abierta en este pequeño rincón fotográfico, aunque tengo claro que ya llego con retraso a las celebraciones cruzadas que calientan las Redes estos días. Confieso que siempre me han dado pereza estas cosas y más si cabe los festejos navideños. En fin, supongo que cada cual tiene sus pequeños pecados y debilidades.
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Sin darme cuenta nos metemos de nuevo en la Navidad, el fin de año y toda la parafernalia que rodea estas fechas. Me pregunto dónde se ha ido el tiempo. Un año que bien pensado ha dado para much, pero con el que guardo una cierta relación de amor/odio por aquello de que las horas se escapan sin saber muy bien cómo. Y me da pereza salir con la cámara y captar las típicas fotografías navideñas. Veremos cómo lo afronto este año, tendré que ir poniéndome las pilas si quiero publicar alguna que otra fotografía razonablemente navideña. Mientras tanto… ¡tic-tac-tic-tac!.
“La fotografía no es documentación, sino intuición, una experiencia poética. Es ahogarse en uno mismo, disolverse, luego resoplar, resoplar, resoplar -estar abierto a la casualidad-. No lo puedes buscar, no lo puedes desear si lo quieres conseguir. Primero tienes que perderte. Entonces sucede”.
Henri Cartier-Bresson
“Un fotógrafo puede describir un mundo mejor solo si observa mejor el mundo que hay delante de él”.
Robert Adams
“No tienes que buscar fotografías. El material es generoso. Sales y las fotografías te están mirando”
Lee Friedlander
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Feliz Navidad, ni más ni menos. Vamos a procurar ser felices también estos días, tampoco cuesta tanto ¿no?.
Hay lugares que no llaman la atención, no son interesantes y tampoco sucede nada digno de reflejar en una instantánea. Pasamos por ellos quizás en más de una ocasión, incluso a diario, y nunca sucede nada que nos señale con el índice. Sin embargo un día salta la chispa en un fragmento de tiempo y todo confluye, nos parece magia ahí puesta, ordenada, para que seamos nosotros los que la preservemos del paso del tiempo. Luego todo seguirá impecable, austero, anodino, seguramente durante otro montón de días, meses o años…
Una fotografía olvidada en el cajón es cómo un sueño sin alcanzar, una promesa sin cumplir o aquella llamada que nunca se realizó. El tiempo marca una vida cargada de condicionantes, como si la verdad estuviera en todas esas majaderías diarias, que sin saber muy bien cómo, marcan nuestros acontecimientos. Y un buen día, sin tardar tanto, nos damos cuenta del valor real de lo perdido o de lo no atendido. Es hora de reaccionar y recuperar esa fotografía que aún siendo de la navidad pasada, detalla un contraluz exquisito y una falsa luna, como esa vida falsa que se empeñan en que vivamos.
Del nuevo año. Busco por el archivo reciente los restos fotográficos de una Navidad que se me antoja pasó apresurada, sin apenas tiempo para describirla. Cosas de la época, quizás condicionada por la dichosa pandemia que todo lo puede. O quizás porque los días pasan inexorables y siento cómo los problema importantes, esos que afectan a toda la humanidad, se suceden sin que nadie les preste la atención necesaria, cegados por las luces brillantes de lo cotidiano. Pero aquí me tenéis, peleando de nuevo por un año mejor.