__
Son solo pequeños detalles, como parpadeos de un ojo curioso, de un obturador inquieto, de un instante en el tiempo mientras todo discurre a mi alrededor. Mis sentidos se funden con la cámara como si no existiera nada más. Es como una forma sencilla e intuitiva de meditar, sin otra necesidad que unas zapatillas cómodas y ganas de caminar. Observar la vida, ese otro deporte sin medallas ni perdedores, que solo consume algo de tiempo, sin más exigencias, sin límites, sin edad.