Hay barras de bar que pueden hablar y mantener un peculiar diálogo sobre sus azarosas vidas a todo parroquiano que sepa escuchar. Sus formas, los objetos ajenos a la profesión, la manera de situar los distintos útiles de servicio, son tantos los elementos que permiten conocer más sobre su dueño, el barrio o la localidad donde se encuentra el negocio, que una vez cautivado por sus peculiares atractivos, suelo dejarme llevar y escuchar todo aquello que quiera contarme, en silencio y de manera íntima mientras observo cada detalle, cada objeto y su memoria, cada tesoro. Y la fotografía, siempre la fotografía como testimonio de lo vivido y manera casi única de que aquella barra de bar sea descubierta al otro lado del planeta.
Objetos que a primera vista no tienen nada que ver entre sí, pero en su conjunto sí pueden darte una idea del dueño del bar.
ResponderEliminarY ahí quedan, inmortalizados por ti.
Aferradetes, Ángel.
Seguramente tengan una sinergia especial entre ellos, lo que sucede es que no siempre es evidente. Un abrazo y gracias por comentar
EliminarHay cantidad de artículos expuestos y todos relacionados con la actividad, propia de un bar.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Y cada uno de ellos es un mundo en sí mismo. Un abrazo
EliminarCon esta imagen en primer plano, esta mas que justificada la definición de "parroquianos". Excelente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Esa sería otra foto, la de retratar a los parroquianos del bar, esos clientes habituales que pueblan estos locales. Un abrazo
EliminarEstoy contigo absolutamente en este tema. Me encanta entrar en ese bar que casi es como mi segunda casa y pararme a observar mientras desayuno los útiles propios del lugar, la esmerada colocación de determinados elementos, taza, vasos, azucareros... y a los parroquianos que se sumergen, nos sumergimos, en nuestros mundos particulares. Todo un universo placentero mientras comenzamos el día. Abrazo
ResponderEliminarSomos observadores y parroquianos al mismo tiempo, igual en diferentes contextos, por eso quizás entendamos mejor estos lugares. Un abrazo Luis
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