Este espacio funciona en ocasiones como una carta que me escribiera a mí mismo con explicaciones, pareceres y respuestas a dudas que me formulo cada vez que salgo a caminar, a fotografiar o a la frutería de al lado; os aseguro que mientras valoro los mejores tomates se me ocurren mil historias. Considero que mi desconocimiento de demasiadas cosas es homérico, y siendo consciente de ello procuro proceder con humildad y honestidad. Hace poco leí a Fran Lebowitz algo así como “… piensa antes de hablar, lee antes de pensar…”. Anoté la frase porque me parece un resumen perfecto de lo que adolece nuestra sociedad, por eso me propongo nuevas lecturas que enriquezcan mi visión de las cosas, también con la fotografía, que procuro mejorar en cada toma e intento no caer en la obviedad de lo probable. Una conversación en blanco y negro me sugiere muchas cosas, para empezar cierro el ciclo del color que vengo publicando durante este mes de agosto a punto de finalizar. El calor, amig@s, como he dicho en alguna otra ocasión, me trastorna y me hace ver en color. Una conversación en monocromo se me antoja fría pero no desapasionada, incluso cargada de mayor sentimiento y más contradicciones, por eso mismo más abierta a la interpretación. Al final todo gira en torno a una variedad de fotografía de carácter social y documental, precisamente esa fotografía que algunos teóricos modernos se empeñan en dar por superada, ¡maldita postfotografía!.
Esa luz que entra por la ventana le da esa calidez que igual a algunos dicen que le falta al B/N. Yo sigo prefiriéndolas así, tal qual.
ResponderEliminarAferradetes, Ángel.
EL blanco y negro es muy subjetivo, como los gustos. Un abrazo
EliminarUn momento de intimidad, en que las jóvenes expresan sus confidencias.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay buen ritmo de conversación. Abrazo
EliminarEl B/N me parece, filosofia aparte, que en general tiene mucha mas fuerza que el color. Sobretodo si el color no es acertado (colorines, les llamo yo) que lo único que hacen es distraer sobre lo esencial de la escena captada. Esa foto es una prueba de ello.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
El dolor de los colorines, efectivamente creo que es bastante más difícil fotografiar bien en color. Un abrazo
EliminarYa sabes que fotografía suelo hacer verdad? Puro y duro monocromo. Para mi una fotografía en blanco y negro lo tiene todo. Tiene algo incuestionable y ello es la "desnudez" de artilugios y parafernalias, es decir, muestra algo que es sin más, una historia, una situación que queda hay para que la mirada no tenga que abstraerse de nada sino más bien involucrarse en todo lo que la imagen representa. Pero bueno esta argumentación tan mía sería larga de explicar y de confrontar amigablemente ante un café solo (con hielo por favor). Abrazo
ResponderEliminarPero bien sabes que no vemos en blanco y negro, no deja de ser una interpretación siempre subjetiva, quizás de ahí venga la fascinación por el monocromo. Un abrazo (pendiente queda el café)
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